13 noviembre, 2005

Caminando por las calles de San Bernardo.

Y al recorrer estas calles, disfruto enormemente de caminar y sentir en mi rostro la brisa otoñal, pisar las hojas que van cayendo a mi paso, como si fueran petálos de rosas lanzados a una novia.

Y recorro estos caminos que ayer me vieron pasar...con mis sueños...con mis ilusiones y no puedo evitar que las lágrimas salgan de mis ojos y que mi pecho se apriete con esta sensación que hoy tengo.

No puedo evitar recordar tantas veces que he caminado estas calles. De niña...camino a la escuela y de regreso cortando alguna flor fugitiva para mi madre.
De joven...con las ansias de ser amada y de amar apasionadamente, con las tristezas que esos sentimientos conllevan o que a mi me dejaron.

Y sigo este camino que una y otra vez recorrí, reocrdando cuantas veces pude hacer mil cosas y no las hice. Por...temor, por pánico, por verguenza, por falta de coraje y de pudor provinciano.

Ya es tarde para recordar, mucho más para querer retroceder. Sólo puedo ver el camino que voy recorriendo hacía adelante. Nuevamente me tengo a mi misma, como único tesoro poseible.

Me veo, que puedo caminar y que puedo recordar, que puedo mirar y disfrutar lo que veo. Que camino más erguida más segura. Que no extraño mis posesiones materiales, porque no son nada, sino puedo disfrutar las hojas...que hoy veo caer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MAMI..ME EMOCIONAN TUS PALABRAS..ERES MI EJEMPLO DE MUJER...ERES TAN VALIENTE..GRACIAS POR NO DARTE POR VENCIDA!!! Y SEGUIR LUCHANDO HASTA EL FINAL...LA RECOMPENSA SERA GRANDE!! TE AMOOO FUERZA MAMI!!!!!!!!!!!!
TU HIJA KARI.