29 octubre, 2007

En sus manos...



Para Benjamín

Le enseñe su primera palabra y la más importante en la vida de un ser humano “yo te amo”.
Me ha correspondido y me ha amado sin límite, nos hemos hecho promesas y nos hemos propuesto cumplirlas.
Imploro al cielo que me regale la oportunidad de caminar con él, los lugares que el conoce por mis relatos.

Día 3 de Septiembre de 2007

Exámenes y más exámenes. Vino mi doctor, compartí con él varios temas que tengo pendientes por la vida, le he reiterado que estoy poniendo todos mis esfuerzos, para que él haga lo mismo por su parte. Fue animoso para plantear todo lo que viene, tratamiento, complicaciones, resultados, evaluaciones, me llama la atención el uso de algunas palabras como “buenas posibilidades”, “buenas probabilidades”…será este un lenguaje para decir puede que sí, puede que no…En fin el día otra vez esta nubloso y el mar se ve plomizo, la vista desde mi habitación es muy relajadora.
El día recién comienza y yo ya lo tengo completo. Scanner, Medicina Nuclear, sangre, galio, electrocardiograma, etc., etc.
Es ahora cuando siento la importancia de tener alguien amado que te acaricie en estos momentos.
Sigo leyendo ta’i chi. Es mi deseo que mi mente este por encima de mi cuerpo, aunque sé que esas son palabras mayores. He logrado sólo pequeñas cosas, importantes para mí vencer el malestar de mis hombros, del stress en mi cuello.
Extraño mis hijos, mi cama, mi compañero, todo el mundo que me rodea en el norte. En mi mundo, en mi vida.

Día 4 de Septiembre de 2007

Me extrajeron el tumor maligno que tenía en el brazo, mi hijo Javier se lo llevó al laboratorio de la Universidad Católica en Santiago. Salí del pabellón con bastante malestar y dolor. Afuera me esperaban dos rostros muy queridos para mí, el de mi hija mayor y el de mi suegra, quienes me acompañaron hasta mi habitación. La tarde se ha ido lentamente y yo tenía una pesadez exquisita que me inducía al sueño, Carolina se quedó a mi lado sostenía mi mano mientras yo dormitaba.


Pienso en muchas cosas, pero nada que me turbe, nada que me amargue. Recibo de diversas maneras los afectos sinceros de los seres con quienes he compartido un poco en la vida. En forma directa o a través de otros.


Veo la preocupación en el rostro de mis hijos, sobre todo Javito, quizás pueda pensar que podía haberme evitado mucha amargura, pero cuando sé es joven y voluntarioso no hay pensamientos más que en si mismo. Probablemente, yo misma también pueda tener responsabilidad en ello, debido a que les inculque un fuerte amor propio. Mi hijo esta constantemente exteriorizando esa parte lúdica, entretenida, jovial y mostrando energía positiva, pienso que también necesita apoyo cristiano, que es la esencia para todo entendimiento de lo que nos esta afectando como familia.

Carolina por su parte, tan fuerte, tan segura, es increíblemente sensible, ella no quisiera que nadie me tocará, ni siquiera con una inyección. Sufre por mí. Más que nada, creo que se debe a que al estar insertos en todo ese ámbito de la salud, han visto (ella y su hermano) muchas situaciones similares y sus efectos que no quieren mencionar.


Tengo que seguir escribiendo aún me falta mucho que estampar en estas hojas virtuales.
El mar se ve placido desde aquí, el cielo algo opacó. No tiene la nitidez de mi cielo nortino, ni el mar azul espumoso y claro de mi querido Iquique.


Por la mañana me visitó la Madre María Jesús una agradable religiosa que llega al corazón de quien desee escucharla y entrega la comunión que tanto se desea en este lugar. Para mí es reconfortante hablar con ella, y sentir de alguna manera lo que Dios nos pide a través de esta enfermedad a todos y cada uno. Así mismo la psicóloga también se acerca a entregar orientación sobre esta enfermedad y sus demandas a nuestro organismo, a nuestros seres queridos, en fin. Me comentó que por lo general las personas tienden a expresar su angustia y su pena y les asombra mi actitud frente a la enfermedad. Le dije que es sólo algo que nace del fondo de mi corazón impulsado por la fe que tengo en Dios al que le pido simplemente que no me abandone, que me sostenga (como cuando tú tienes un niño enfermo en los brazos, no lo dejas hasta que este mejor o hasta que se sienta tranquilo).

Pensamientos…
Recuerdo mi sol nortino, llamas en el desierto, los pueblos dispersos en esa loca geografía. Viene a mi mente mi querido Mamiña, tan apacible y dormido, con sus aguas termales que energizan el cuerpo. Me encanta recorrer el desierto e ir devorando cada trecho desconocido, sorprenderme con lo nuevo que aparece frente a mis ojos, cactos en flor, gigantes que coquetamente adornados lucen sus figuras espinosas. Así en el paisaje se mezclan los Geoglifos, y jeroglíficos, que generosamente visten sus cerros y rocas dibujos de animales altiplanitos, de cacerías donde el hombre dominaba sus territorios en tiempos pasados. Recuerdo también la música nortina que al oírla, te hace retumbar hasta tu corazón. Esos sonidos me encantan. Aún más con los bailes y el despliegue de color y belleza morena. Danzas y fiestas típicas del altiplano, orgullosos de pertenecer a las etnias indígenas más trascendentales de la historia.


Vuelvo al hospital, he tenido una mañana tranquila, después de almorzar tuve un nuevo examen llamado Cinti grama. He tenido muchas visitas, para no ser de acá es increíble. También me han llamado por teléfono, amistades de Concepción, Talcahuano, Viña, Iquique en fin. Doy gracias a Dios que me brinda todo este apoyo y fortaleza en las palabras de todos estos seres a quienes conozco y con quienes comparto esta vida.

¿Qué como me siento? A veces nerviosa en mi parte física, a veces preocupada, pero en general sólo un sentimiento es el que tengo y que es recurrente en mi mente de un tiempo a esta parte ”un cordero” y que Dios me entiende. Hace mucho tiempo que no tenía valga la redundancia, tiempo para mí. Creo que ya lo dije al principio y lo seguiré diciendo en la medida que así sea posible. Sólo me resta dar gracias a Dios.
Carolina anda con su hijo para todos lados, es tan sensible en sus amores, y con todo lo que suceda a quienes ama, pero exigente con los demás para exigirles que sean fuertes. Es una excelente madre y tiene una relación muy estrecha con su ángel y él la adora.
Javito llegó de Santiago, mi madre lo envió con unos pancitos con huevo. Este hijo mío anda muy resfriado. Ha dormido mal, y se ha quedado estudiando hasta muy tarde. Lo siento a veces como en un acto de contrición para conmigo. He sufrido tanto por él. He llorado tanto por él y le he pedido a Dios con todas mis fuerzas por él así mismo también a la virgen María mi Santa Madre que me entiende como mamá. Que por favor enderece y guíe sus pasos. Que le permita terminar esa hermosa carrera que ha elegido que le permitirá ayudar a muchas personas.

Día 6 de Septiembre de 2007

Esto de a continuación lo escribió mi hijo Javito en mi libro y yo lo traspaso a mi libro virtual:
“Hablando del gallinero de la Nena, recuerdo el gallinero que tengo yo en mi garganta en este momento!! Jejeje…y no puedo toser aquí pa’q’ tú no te enfermes con mis bichos.
Mamita, yo rezaré por ti, en las noches, tendré que bajar de Internet las oraciones, porque ni me acuerdo como eran, jajaja de chiquitito que no rezo mucho, recuerdo a Diosito, le pedía puras tonteras y él me escuchaba, siento que siempre lo hace, por eso aunque o crea mucho en la iglesia como institución llevada por humanos que tanto “evocamos” (equivocamos en Benjamines) siempre he creído en Diosito, como una fuerza que maneja todo lo que pasa a nuestro alrededor. Así que seguiré hablando con él, pedirle que te haga recordar con sus “señales” que aunque estemos lejos, nos sientas cercanos, “de piel” como hemos sido siempre los 4 de tus hijos”.

Día 8 de Septiembre de 2007

Me encuentro en casa de mi hermana, en Villa Alemana. Salí del hospital muy temprano. Con mi hijo, su padre. El día en esta ciudad amanece frío, opaco, realmente hasta ofrece un aspecto triste.
Carolina y Gabriel ya se fueron a casa de regreso a Iquique hoy por la mañana. En tanto Javito se va hoy. Ahora voy a descansar.

Día 20 de Septiembre de 2007

Bueno, aquí me encuentro desde el 17 de Septiembre. Me siento mejor gracias a Dios. Me perdí todas las Fiestas Patrias, pero lo importante es que he podido superar, esta parte cuando las defensas te bajan. Aunque aún faltan unos exámenes, que develen el origen de la infección o mejor dicho ver el contenido de lo que aún tengo encapsulado dentro de esa herida. (donde me extrajeron el ganglio que estaba inflamado y en malas condiciones).

Le pido ayuda a la Virgen María, porque a través de ella sea más mirable mi humanidad que me regale las fuerzas, que ayude a interceder por mi sanación.
Fe, es la palabra, es la dimensión de mi vida. Es mi salvación de espíritu. Es todo. Yo pensaba que la tenía, pero, después de verme flaquear en los días de fiebre, dolor y sentir que pierdo el control de mi misma, me desespera la sola idea de caer.
Este es el cuarto día aquí en el Hospital Naval, esta todo a mi alcance, los recursos humanos, científicos, tecnológicos, para ayudar a combatir este cáncer, pero no puedo evitar extrañar mi casa, mi cama, pero más que nada el calor de todos mis hijos y mis nietos. No me siento sola aquí (bueno, yo difícilmente me he sentido sola alguna vez en la vida) Siempre he estado rodeada de amor y preocupación….es sólo que extraño el mar de Iquique, el desierto, sus cerros, los pueblos, su estéril geografía, no quiero escribir la palabra “quede…”mejor diré: De regreso me daré un gran tour por los pueblitos que me quedan pendientes por recorrer. Tengo tanto que recorrer todavía, por conocer, por sentir esa exquisita sensación cuando voy recorriendo un camino nuevo, cuando voy descubriendo pueblos, gentes, costumbres, olores nuevos, cielos diferentes, aires que huelen distintos.

Como ven, no puedo desconectarme de seguir soñando con mi querido norte. No lo puedo evitar...


Villa Alemana, Septiembre 25, 26,29,30.

Con los pulgares adormecidos y a pesar de que a veces faltan ganas por uno u otro motivo sigo escribiendo porque es mi manera de seguir hablando conmigo misma. Y compartir con mis seres queridos lo que acontece por mi vida.

He tenido días buenos, días malos, visitas, reposo, días en casa, días en hospital.

Esto fue algo que me ocurrió el último día del mes de Septiembre, según mi doctor se debío a la tensión que provoca la enfermedad a veces...y lo quise dejar estampado poetícamente.

"Hoy el pánico quizó golpear mi puerta;

entrar a mi pieza, sacudir mi cama;

turbar mis pensamientos, enredar mi lengua.

El miedo fue sólo por unos minutos, aunque largos minutos

entorpecieron mi calma.

No quisiera perder mi cordura locuaz,

mi calmada espontaneidad, ni siquiera mi estreñida capacidad

de volcar parte de mi alma en este pálido papel".

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Resumo Octubre como otro cumpleaños en que por primera vez yo no estuve. El de Javier Baruch en su cumpleaños número 24, pero que mi esposo y sus hermanos pudieron celebrar como yo lo habría hecho de estar en casa y eso me alegra profundamente.

Mi segunda quimioterapía en que Karina María (mi tercera hija) sostuvo mi mano y fue mi apoyo en los malos momentos. Estuvo conmigo y fue como un ángel. Días más tarde llego su hermano (junto a Carlita) y compartimos juntos un recorrido a Valparaíso, que es una ciudad que me cautiva mucho por su encanto, sus paisajes, su hermoso mar y el más hermoso recuerdo de haber tenido en ese puerto a mi primera hija Carolina.



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En mi tercera Quimioterapia estuvo Javier Alfonso, mi esposo, quien esta pendiente de que no me falte nada y de mantenerme en contacto con todos mis hijos, y en el Hospital la primera noche de quimio, me acompaño mi amiga Mely, quien me brindo sus conocimientos de relajación, reiki y su ternura para cuidarme y darme aliento para que el mañana siempre será mejor. Imaginariamente lleno mi pieza de ángeles, que trajo para que me cuidarán. Fue una noche muy fuerte, es una lucha constante de un ser humano que se defiende y quiere sólo vencer, pero la carne es débil y la flaqueza toca este organismo queriendo aniquilarlo. Yo, en mí fuero interior, sólo me repito...yo voy a ganar, yo voy a ganar.



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Villa Alemana, Noviembre 13 de 2007

Llega Noviembre y estoy a la espera de mi cuarta quimioterapia. Mi hija Carolina me acompaña. Como describir lo que siento...quizás como el título de un libro de Pedro Lemebel "Tengo miedo torero"...aún no lo leo, pero al pensar en mañana, pienso en ese título. Creo que es normal, bueno después de mañana les contaré, pero quiero que sepan que mi actitud es como la que se ve en esta foto...

Con optimismo, con ganas de seguir adelante y de vencer.

Así soy yo...pensando en que lo que no te mata, te fortalece.

A Dios me entregó!!