Este es uno de mis lugares favoritos en esta tierra. Donde he podido apreciar la belleza del desierto que contrasta con el nitido color del cielo, que se conjuga con la serenidad y el silencio. Y quizás cierta magia impalpable a los ojos humanos que sólo nuestros sentidos logran palpar. Me mueve llegar hasta ahí por una necesidad de descubrir en este valle la mezquina luna que se muestra en plenitud sólo en aquellos días de luna llena.
Me encanta el valle de la luna, los lugares que la rodean. La calidez de su gente, descendientes de un pasado que glorioso permanece en la historia de todos los pueblos del interior. Orgullosos de sus raices, conservadores de sus costumbres y de su linaje.
No he pasado el tiempo que realmente deseo, siempre he sido una visitante, pasajera, esporádica y casi furtiva de este lugar. Quizás algún día, que espero no sea tan lejano, pueda llegar hasta allí y permanecer un período un poco más largo.
Energía, sol, paisajes, soledad, luna, caminos, rutas altiplanicas y la magía que atrae a este desierto donde te puedes conectar directamente contigo misma.
Mell
03 noviembre, 2005
Yo.
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