10 septiembre, 2007

FE

Muchas preguntas, que a partir de hoy Jueves 6 de Septiembre del 2007, se han comenzado a dilucidar. No existen los porqué, sólo quiero saber si con tratamiento hay esperanzas, sino volver a mi querido norte, pero el especialista me infunde de una manera sincera y clara las posibilidades que tengo de atacar este cáncer. Mi hija mayor Carolina esta muy afectada, mi hijo Javier permanece fiel a sus libros buscando respuestas que no sé si aparezcan. Quiero ser real y quiero ser creedora, la parte real nos muestra una enfermedad que es devastadora y agresiva.

Mi espíritu cristiano, que domina mi vida, me dice que debo permanecer entregada a la fuerza que Dios, que sólo es EL quien determina nuestra vida o nuestra muerte. Nunca he tenido miedo de hablar de este tema, si nací, viví, vivo, como voy a creer que voy a ser eterna. Y como no creer en el fundamento de mi religión que es creer en que hay vida más allá de este mundo.

Siempre es difícil para todos, pero mi manera de expresarme es esta no puedo dejar de escribir y transmitir todo lo que siento. Estos últimos días o desde que me vine de Iquique he recibido las muestras de esos afectos que cualquier ser humano desearía, saber que te aprecian, que te quieren, que te recuerdan, que eres un ser especial, pero en vida.

Nunca me he privado de decir “te quiero”, o “te amo”, son palabras demasiado importantes como para guardarlas en tu alma, en tu mente, en tu corazón, nadie debería privarse de ese regalo que siempre es bien recibido. Han sido las primeras palabras que les enseñe a mis hijos y luego a mis nietos. Y que le regale abundantemente a mi esposo por muchos años.

Hoy me encuentro en el Hospital, ven como Dios es grande y todos somos instrumentos de El. Deseaba comunicarme de esta manera, a través del computador la herramienta favorita de este siglo y ha llegado a mis manos sin moverme ni siquiera de mi cama. Para dejar que este ser libere sus pensamientos al ciberespacio.

He estado rodeado de tantas personas, que vienen de todos lados para saludarme y darme su fortaleza, pero principalmente porque rezarán por mí. Es lo que más agradezco la oración, porque tiene un poder más grande de lo que imaginan. Yo he rezado muchas veces, por mis hijos, por mi trabajo, por mi madre, por tantas cosas de la vida, y Dios escucha.

Me ha bendecido con unos hijos tan hermosos y me dado tanto en esta vida. Que soy una deudora de las que deberían estar en Dicom.

No puedo evitar el sentido del humor no sería yo, creo que es parte importante en todo este proceso, y no hay que perderlo.

Mi doctor se llama Armando Peña.

Con su nombre existen dos coincidencias en mi vida.

Armando era un tío muy querido que tuve (que fue un hombre muy trabajador y muy esforzado en la vida y que ya murió, pero al que quise mucho).

Y Peña pues el apellido de mi familia, del tremendo clan que hemos formado con mi esposo.

Dentro de las sorpresas de la vida que tuve hoy fue la visita inesperada de una amiga que llegó de Estados Unidos y que se vino directo del aeropuerto al Hospital. No podía creerlo. Luego, se fue con destino a Iquique.

El día de hoy termina con la preparación para el día siguiente, que consiste en volver al pabellón para que me sea instalado un cateter o reservorio para administrar el resto del tratamiento.

En fin entregada a las manos de Dios y dejar que El guíe sus manos.

Bueno, les cuento que desde mi ventana se ve una maravillosa vista de Viña del Mar y al frente el maravilloso Puerto de Valparaíso. Aunque ya es de noche es igual de bello. El mar de día se ve de un azul profundo y el cielo de un gris especial. Nada comparado con mi querido mar de Iquique y con su nítido cielo azul.

Un abrazo,

MELL