21 octubre, 2005

Hoy, comienzo...

De mí:

Este es mi color favorito. Vivo al sur del mundo, en el norte. Donde veo salir el sol cada día y pienso que no agradezco lo suficiente el día que Dios nos regala. Y pienso mientras miro una cara de ángel sonriente...que así es la vida. Te sonríe, te mira y no me detengo lo suficiente para ver lo hermosa que es.

Para mí este blog será como un diario. Donde poder plasmar un poco de lo que cargo día a día sobre mis hombros. Y de lo que ronda y ronda esta cabecita. Que a veces, quiere explotar.

Me canso a menudo, no hago mucho. Me dejo regalonear por esta vida. Quisiera hacer mucho más. Y vivo de eso. De desearlo...pero sigo aquí.

Me atan las cadenas invisibles de la vida. Las que no presionan, no duelen. Las que son parte de mi piel a esta altura y estan incrustadas en mi carne. Sin dolor, quizás con un placer culpable. No lo sé.

Amo la libertad, la amo desde el principio de mi ser. Pero, aún no puedo comprender si es un estado o una forma de vivir.

Como sea, estoy enamorada... De una cara de ángel. De unos ojos color cielo. De un rostro albo como su alma. Y de otro...que tiene la piel tostada por el sol, y que tampoco conoce lo que es dolor.

Pienso, luego existo...quien fue Socratés. Pués yo existo y pienso mucho, demasiado para mí gusto.

Hoy, ya termina. El mañana...siempre hay un mañana. Gracias a Dios.


Tú, no estas.

Y tú no estas.
Bueno, no porque no quieras, realmente no puedes.
Siempre las distancias han sido una buena aliada para cuando las personas necesitan extrañarse. Es bueno, muy sano. Quizás hasta recomendable. Sé que estas bien. Hace poco hable contigo. Alguien preguntaba por ahí, sí estas comodo? Me imagino que sí, aunque raro, en una cama que no es la tuya, en un lugar donde el ambiente huele a jeringas y cloro. Las noches en un hospital, pueden ser largas hasta interminables. Sólo depende de uno, pués por lo general son muy cortas. Te duermes tarde y te levantan muy temprano. O más bien te despiertan muy temprano.
Volveras pronto, lo sé.