Y heme aquí convocada a este encuentro ineludible e inevitable al que mi cuerpo no le puede hacer el quite.
Sexta quimioterapia, mi doctor me recibe como de costumbre con su impecable delantal blanco un fuerte abrazo y una hermosa sonrisa, preguntando los detalles del viaje, del recibimiento y de cómo me sentí por allá en el norte para Navidad.
Vuelco todas mis preguntas y dudas que siempre escribo para decírselas, las cuales me contesta todas. Y sobre todo que viene después de todo esto…una droga pendiente para Enero y volver a repetir los exámenes en Febrero. El dice: “piense en positivo”…Y en esa parte me siento como estudiante, saber si pasaré o no los exámenes. Siempre me he preparado para el estudio y le he puesto mucho empeño. Esta no será la excepción. No estoy para repetir…
Son las 2.20 de la mañana y no puedo dormir, es mi segundo día de quimioterapia y si Dios quiere mañana Sábado me voy a casa de mi hermanita en Villa Alemana. Me siento bien, obviamente dentro de lo que se espera, aunque siento cuerpo bombardeado, he podido sostener los alimentos en el estómago (no dejo de comer, es lo que más me aconsejan mis chinitos de Iquique).
Así es que sostengo esta humanidad a fuerza de la compasión de mi querida y amada madre
Por los rezos de mi madre en San Bernardo.
De ponerle mucho “wendy” como dice mi amiga Barbará (actriz en Iquique).
Y de una cantidad de oraciones que se dicen por mí en un Convento de San Bernardo donde esta mi cuñada María Gema con sus hermanas en Cristo suplicando por mi salud, de una prima de Javier que esta en las Carmelitas también pidiendo por mí, de la comunidad de mi hermana en Villa Alemana.
Y en fin de todo aquel ser humano generoso y generosa que me conoce y me regala una oración…por eso me siento muy bendecida!
Yo, sólo deseo que llegue mañana para que me desconecten de estas máquinas.
Javier ha estado pendiente de mí, acompañándome, teniendo mucha paciencia, viendo los trámites que se realizan cada vez que me interno. También tuve la felicidad de que viniera mi hermana Gladys el día de ayer con sus hijos más chicos, Mariana y Fernandito. La segunda parte de su familia ...y ella sigue tan jovial y alegre como siempre. Que parecen sus primeros hijos...Y mi comadre Mely de Talcahuano que me trajo dos hermosas maravillas que alegran mi habitación y vino hoy también. Recibo también los llamados telefónicos dándome valor para seguir adelante. Mensajes por al celular, correos electrónicos, en fin, me siento afortunada y querida.
Yo les llamo mis ángeles, aunque otras personas les llaman amigos. Y yo los cuido como el pastor cuida sus ovejas. Para mí todas y todos son muy importantes, siempre lo han sido y mucho más ahora que los necesito.
Y el show empieza de nuevo, en el interior, dentro de un organismo, que ya ha soportado los embates previos de otras batallas y aquí esta sigue perseverando. Es increíble como se siente, es una verdadera guerra. Los buenos contra los malos, porque ha de ser así todo el tiempo en todo orden, en la vida… en general también.
Mi organismo se resiste, pelea, desde ayer me he sentido como un animal enjaulado, deseando salir, deseando escapar de mí misma, de salir a la calle a correr, a respirar el oxigeno más profundamente. La sensación de empequeñecimiento se hace cada vez más fuerte, esta enfermedad no la siento como tal, sólo siento como un ser humano es tratado de ser vencido con drogas letales lentamente y de ver el resultado a fuerza de quien es más fuerte, pero, no se puede escapar de uno misma, no se puede abandonar el cuerpo y volver cuando todo haya pasado, no se puede. Debo afrontar todo, sin perder el control, pero Dios que difícil resulta, si dan ganas de llorar a mares, y de gritar sin miramientos. Sé que serán días que pronto pasarán estas primeras sensaciones que son inevitables.
Sé que es 30 de diciembre que afuera hay un día hermoso de sol, sé que es el penúltimo día del año, que la gente hace mil preparativos, con la cena, con ir a ver los fuegos artificiales, pero si supieran que poco importa en estos días todo eso, no hay sabor en mi boca, no hay entusiasmo en estos primeros días, no hay ganas, no hay fuerzas, sólo escribir me conforta, desahogar mi alma de alguna manera, y esta es la única que conozco que me llena completamente. Que no me discrimina, ni me crítica por sentir de tal o cual manera. Es mi lado gallina que se hace patente por estos días, sé que ya pasará, sólo tengo que tener paciencia…y siempre me ha faltado. A pesar de los esfuerzos, confieso que conmigo misma la paciencia me ha faltado.
Confieso que he vivido…así comienza una obra de no recuerdo que escritor. Que cierto y que incierto.
Te has puesto a pensar cómo has vivido? Creo que pocos lo hacemos, sólo vemos los errores que hemos cometido, para tratar de no cometerlos dos veces. Con cierta dificultad vamos por la vida, tratando de alcanzar metas, logros, que nos conviertan en respetables personas a los ojos de los demás.
La vida inspirada por Dios se convierte en un torbellino de mil decisiones diarias entre lo bueno y lo malo. Libre albedrío, ya lo dijo él.
Yo he pensado esto algunas veces. Dios es pilló, bueno porque yo siempre le pedí tiempo para escribir, le pedí que mis hijos me valoraran como desea una madre siempre, le pedí estar cerca de mis padres cuando estuvieran viejos, y que si me enfermaba alguna vez que fuera mi madre quien me cuidará, le pedí ver un poco más a mis sobrinos que están lejos, verlos crecer un poco, compartir con mi hermana que la encuentro tan inteligente y de buena plática, le pedí silencio, tranquilidad, descansar un poco más, del trabajo, de vivir corriendo de la casa al trabajo, que los gastos, que los hijos, que los gritos, que el almuerzo, de parar de la vorágine en que todo ser humano vive (más si es mujer) cuando hace eso exactamente vive.
Tener tiempo y todo eso me lo ha dado, obviamente todo tiene un precio…No lo recrimino, ni hago pataleta, por el contrario se lo agradezco del alma, porque nadie mejor que el sabe que todo en nuestra vida tiene un propósito y cada hecho que suceda es siempre para mejorar si realmente nos lo proponemos, para mí, para quienes me rodean, para quienes conozcan a mis hijos, a mi esposo, a mi familia, a mis amigas y amigos. En buen chileno no da puntada sin hilo.
Se transforma todo en una nueva manera de vivir y de mirar la vida. De una manera más fuerte, más dura, pero dime no es acaso producto de como vivía y no es acaso una manera de mejorar mi propia vida.
Sí ya siento que muchas veces veo todo con otros ojos, que hay más soluciones de las que se pensaba, que no hay tanto estrés si te lo propones, que los problemas no lo son tanto, que todo en la vida tiene salida. Que no hay que amargarse por pequeñeces. Es verdad que a veces me da pena esta tontera de tener cáncer, porque nadie debe esperar a que pase esto para sentirse querida, valorada, o para decir a otros que los quiere, y todo lo que va sintiendo en la vida.
Gracias a Dios, nunca me he privado de decir a quien aprecio, quiero o amo, lo que siento, las palabras más repetidas en mi vida, son Te Amo. He sido muy expresiva, le he enseñado a mis hijos a demostrar lo que sienten cuando es bueno y a calmar su rabia cuando es preciso.
Sembré, coseche…pero soy ambiciosa y Dios inspira todo eso, pues quiero seguir dando vueltas por estos rumbos.
Aquí esta parte del staff de ángeles que tengo en el Hospital Naval, Alejandra, Lorena y Ely. Sin su delantal albo que las identifica, pero con la dulzura que siempre llevan consigo.
Tengo planes para conocer Machu Pichu, muchos lo saben, ya que fue parte de un viaje inconcluso que realice el año 2006 al Cusco, que no alcance a terminar por falta de recursos. Y que fue uno de los motivos para volver a trabajar, a parte de
Recorrer más las tierras donde vivimos, que es lo principal para mí. No se puede propagandear lo propio si no se lo conoce.
Ella es Zarela, especial su nombre y su vocación para lo que hace.
Estudiar otro poco, encuentro que no hay nada más placentero que agregar conocimientos a una mente ávida por aprender. Y ya se lo dije a mi Andy, estudias tú o estudio yo (más que nada como un desafio, para que tome decisiones pronto, creo que él piensa que tiene todo el tiempo del mundo para hacer lo que quiera) y creo que tiene razón. En fin.
En lo profesional seguir aportando con mi trabajo a la empresa con los chinitos que me instan a seguir luchando cada día y han sido muy buenas personas en esta etapa de mi vida.Lo más importante, aunque ya he visto crecer mis hijos y he visto sus logros, me encantaría ver más nietos, una hermosa niña de Carolina, una hermosa niña de Karina, ver cuando mi hijo Javier se reciba de Doctor, cuando mi hijo menor se titule también. Con suerte envejecer de la mano del hombre que me conoce desde los 15 años…..…te das cuenta como nos ponemos ambiciosos en la vida y siempre queremos más.